La educación es una tarea conjunta de la institución educativa y el hogar, para la adecuada formación en valores de cada uno de l@s estudiantes.
Los padres y las madres son l@s primer@s responsables de la formación de l@s niñ@s y adolescentes, la institución trabaja sobre la obra comenzada y sostenida en el hogar.
De la sana armonía familiar depende en gran medida que l@s niñ@s y adolescentes afronten y superen la crisis propia de cada etapa.
La autoridad de los padres y madres en la formación integral de l@s hij@s requiere de la debida comprensión, la apropiada orientación y la necesaria exigencia del cumplimiento de las normas establecidas con firmeza de criterio y coherencia en sus actitudes.
El diálogo con l@s hij@s debe ser indispensable para reforzar la labor de la institución, en formación y fortalecimiento en valores humanos.
Aceptar y respetar la diferencia de l@s hij@s con sus necesidades y características propias, manejando la diversidad facilita la unidad y armonía familiar y la convivencia.
Brindar amor, atención y comprensión ante las dificultades es una manera de fortalecer la autoestima de los hij@s y hacerlos seres humanos seguros y recursivos ante las adversidades.
Los padres y madres como miembros de la comunidad educativa y siendo los principales educadores de l@s hij@s, proporcionan valiosos aportes en los procesos formativos y académicos de la institución.